Es por todos conocidos la gran variedad de sistemas tácticos de juego existentes, 1-4-4-2, 1-4-3-3, 1-3-4-3..., y todos ellos con sus respectivas variantes ofensivas y defensivas, pero cuando decidimos hacernos cargo de un equipo de fútbol, ¿debemos pensar en el sistema de juego que queremos?, o ¿en el estilo que queremos ofrecer en el juego?.
Esta son preguntas muy importantes, ya que
de ello puede depender sobrepasar la delgada línea entre el éxito y el fracaso. Para mí,
lo más importante y lo que prevalece, es el estilo de juego que queremos para el equipo, y a partir de ahí empezar a construir el resto. El estilo o modelo de juego son los cimientos para conseguir resultados, ya que todo deberá llevarse a cabo, según nuestra forma de jugar, los entrenamientos y visión táctica de un equipo que quiere tener el mayor tiempo posible la posesión, con un juego pausado, que otro conjunto que prefiere replegarse en su propio campo para salir al contraataque, son diferentes propuestas futbolísticas, con un mismo fin, e igual de válidas. Para llegar a saber que tipo de juego queremos hacer,
debemos primero ver que nivel tienen nuestros jugadores, y si pueden conseguir un mayor rendimiento según el juego que queremos realizar. Si tenemos un equipo en el cual, tenemos extremos rápidos y con un gran regate, sería desaprovechar a estos jugadores queriendo tenerlos como interiores y jugando por el centro, dejando la banda al lateral, lo que tenemos que hacer es conseguir acoplar todas las piezas del puzzle para lograr el máximo rendimiento en base al tipo de jugadores que disponemos. Una vez conseguido esto, ya podemos definir el estilo de juego para nuestro equipo, la base de todo nuestro trabajo, ya que según esto, así trabajaremos en el día a día en los entrenamientos, enfocados siempre hacía lo que queremos conseguir de nuestro grupo, conseguir materializar nuestro estilo de juego.
En mi caso particular, me gusta que mis equipos tengan el balón, y vayan a por él siempre que puedan, por lo que mis entrenamientos siempre están enfocados con el balón como medio, y siempre con juegos de posesiones y rondos, con diferentes matices tácticos para conseguir un estilo de juego elaborado y pausado.
Por esto, yo antepongo al estilo frente al sistema de juego, ya que este último no es más que la posición de las piezas de una determinada forma en el tablero, cuando lo que prima e importa, es la manera de jugar, si tenemos un estilo marcado, da igual el sistema utilizado que la identidad no se perderá, en cambio si baso mi juego en función de un sistema, estaremos enfocando nuestro modelo según unas determinadas posiciones y no sobre la forma de jugar.